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Leer tema 16 y 17. Subrayar lo siguiente.
Pregunta 2 – página 107 – 1er párrafo: Cuando decimos “no” a Dios, desobedeciéndole, cometemos un pecado.
Pregunta 2 – página 107 – Último párrafo: Muchas veces, sin que nadie nos lo diga, nosotros sabemos que una cosa es mala porque nos lo dice Dios en el corazón. Esa voz de Dios en el alma se llama conciencia.
Pregunta 2 – página 108 – 1er párrafo: De esas cosas malas unas son más importantes, ofenden mucho a Dios: se llaman pecados mortales. Otras son menos importantes o las hacemos sin darnos cuenta: se llaman pecados veniales.
Pregunta 3 – página 108 – 5º párrafo: El día de la Resurrección, por la tarde, Jesús se apareció a sus Apóstoles, y les dijo: “A quienes perdonéis los pecados les quedarán perdonados.”
6º párrafo: Dio así a los Apóstoles el poder maravilloso de perdonarnos los pecados. Y ese mismo poder se lo da al Papa, a los Obispos y a los Sacerdotes.
7º párrafo: Jesucristo nos perdona por medio del Sacerdote.
TEMA 17
Pregunta 1 – página 113 – Último párrafo: Los pecados manchan y debilitan la vida de nuestra alma. A veces, cuando son más graves, pueden alejarnos totalmente de Dios.
Pregunta 1 – página 114 – 1er párrafo: Jesucristo dio a los Apóstoles y a sus sucesores un poder más maravilloso que el de los médicos: el poder de perdonar los pecados.
Pregunta 1 – página 114 – 2º párrafo: Ese poder lo tienen ahora los sacerdotes y se aplica en el Sacramento de la Penitencia.
Pregunta 2 – página 114 – 2º párrafo: El momento más importante del sacramento es cuando el Sacerdote, en nombre de Jesucristo, nos perdona los pecados. Dice “Yo te absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”. En ese momento queda limpia y curada nuestra alma de todos los pecados. Eso se llama la absolución.
Pregunta 2 – página 115 – 1. Examen de conciencia: pensar los pecados que hemos cometido, para poderlos decir.
2. Dolor de los pecados: tener pena en el alma de haber ofendido a Dios, y pedirle perdón.
3. Propósito de la enmienda: estar dispuesto a esforzarnos mucho para no cometer más esos pecados.
4. Decir los pecados al confesor: decir claramente al sacerdote los pecados que hemos recordado en el examen.
5. Cumplir la penitencia: hacer lo que el Sacerdote nos mande (una oración, una limosna, un sacrificio)
Pregunta 3 – página 115 – 2º párrafo: ¿Qué sucede en nuestra alma cuando nos confesamos bien?
1.Se nos perdonan los pecados, y queda nuestra alma limpia.
2.Aumenta en nuestra alma la fe y el amor a Dios: la gracia de Dios.
3.Dios nos perdona también el castigo que merecían nuestros pecados: el purgatorio o el infierno.
4.Dios nos da una fuerza nueva para vencer las tentaciones y no ofenderle.
¿Qué es un pecado? Decir no a Dios, desobedecerle.
Hay dos tipos de pecado: mortal (son pecados graves)
venial
Para que un pecado sea mortal: la materia tiene que ser grave
hacerlo porque quieres
saber que lo que estás haciendo es pecado.
Dios nos habla a través de la voz de la conciencia diciéndonos lo que está bien y lo que está mal.
Jesús “inventó” el Sacramento de la Confesión para perdonarnos los pecados. El día de la Resurrección, por la tarde, Jesús se apareció a sus Apóstoles y les dijo: “A quienes perdonéis los pecados les quedan perdonados”. Este poder lo tienen ahora los SACERDOTES que, en nombre de Jesucristo, nos perdonan los pecados cuando nos dicen “Yo te absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.
Cosas necesarias para confesarnos bien:
- Examen de conciencia (pensar los pecados que hemos cometido)
- Dolor de los pecados (te duele haber ofendido a Dios)
- Propósito de la enmienda (esforzarse por no cometer más esos pecados)
- Decir los pecados al confesor (decir al sacerdote los pecados que has pensado en el examen)
- Cumplir la penitencia (rezar lo que el sacerdote te diga)
¿Qué pasa en tu alma cuando te confiesas?
- Se te perdonan los pecados
- Aumenta en tu alma la gracia y el amor a Dios (Dios se siente más a gusto en tu alma)
- Dios te perdona el castigo que merecen tus pecados (el purgatorio o el infierno)
- Dios te da fuerza para luchar contra los pecados
Cuando una persona muere en pecado mortal sin haberse arrepentido va al infierno
Cuando una persona muere con pecados veniales ha de limpiar su alma para poder llegar al cielo (al encuentro con Dios). En el purgatorio esa alma es purificada de los pecados y una vez limpia puede ir al cielo.